EDWARD SHERIFF CURTIS

El captador de sombras, como acostumbraban a llamarle los indios que posaban para sus fotografías. Convertido ya en afamado fotógrafo, en 1900 fue invitado, por el naturalista y especialista en temas indios George Bird Grinnell, a participar en la segunda expedición etnológica de Montana, a convivir con las tribus indias de la zona y a fotografiarlas. El mismo Grinnell le enseñó los métodos aptos para registrar científicamente la información. Comienza entonces un proyecto artístico y científico al que Curtis dedicaría toda su vida: fotografiar y estudiar de manera documentada la vida y el espíritu del indio norteamericano, antes de que se “contaminaran” con la irrupción del hombre blanco.
Durante una treintena de años, Curtis transitó Estados Unidos, desde Mississippi hasta la costa del Pacífico, y de Nuevo México a Alaska, acumulando más de cuarenta mil fotografías de ochenta tribus indias, diez mil cilindros de fonógrafo, películas, infinidad de notas. Su trabajo se plasmó en la monumental obra impresa de veinte volúmenes The North American Indian. Tan ambiciosa empresa le costó su fortuna y la salud. Falleció en 1952, a la espera de viajar a las regiones amazónicas y a los Andes, sin un dólar y en buena parte olvidado.